Lo primero que encontré en el atrio municipal fue un pedido de compromiso.
En tu piel, Mónica Bottero, Galería.
Días atrás, cuando visité la casa comunal pensé “este es el primer error”. Sin embargo, con el paso de las horas fui decantando las emociones y sensaciones y entendí, que ponerse en los zapatos ajenos es el primer paso requerido para entenderse “En tu piel”.
Artistas, autoridades, profesionales, activistas e incluso mujeres “anónimas” para muchos, pusieron sus ojos, sus manos, sus pasiones ante el lente de una mirada, para que todos pudiésemos comprender algo más sobre el dolor propio y el ajeno.
Allí, en ese espacio de constante entrada y salida de personas, uno entra en el mundo de casi medio centenar de mujeres, que son miles en Uruguay y millones más en el mundo.
Las palabras que acompañan las gigantografías expuestas en la Intendencia por la ONG Mujeres de Negro, son la interpretación escrita de algo que con sólo observar a las protagonistas alcanza.
Algunas grotescamente reales, otras sutilmente poderosas, unas jugadas, otras un tanto más pacatas.
No importa lo que uno sienta particularmente ante una u otra imagen. En este caso importa el conjunto y la valentía de quienes, estando quizás lejos de la violencia -y más cerca de la lucha por erradicarla- pueden ponerse en la piel de quienes padeciéndola en carne viva, no pueden más que alzar sus ojos y comenzar a actuar.
Cuando entré en la Intendencia y encontré un espejo, me miré, y comencé a contemplar.
Por Yelly Barrios
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