Si sigo así voy a cumplir un mes sin postear y seguiré esperando ver una buena película que valga la pena comentar. Cómo no puedo seguir en ese plan, se me dio por meter letra a la nada. Solo por decir: actualizo. Es algo así como cuando se hacen películas por hacer. Una gripe con yagas y otro paquete incluido me mandó unos días a la cama y pasé buena parte del tiempo mirando películas que encontré al alcance de la mano. Mmm…
“Antes de partir” con Jack Nicholson y Morgan Freeman, un empresario y un mecánico desahuciados por una enfermedad terminal que los motiva a hacer aquello que nunca intentaron siquiera en toda su vida. Mucha moraleja, detalles divertidos, humor negro de a ratos, pero en definitiva, cliché.
“Dan in Real Life” con Steve Carell y Juliette Binoche. Dos sujetos de mediana edad que se encuentran fortuitamente en una librería y establecen una “conexión” a primera vista. Él se enamora, ella trata de escapar a un esbozo de sentimiento similar porque mantiene una relación con otra persona, nada más y nada menos que con el hermano de Dan. Alcanza imaginarse cualquier otra película con similar argumento para decir que ésta es de escaso interés. No tiene un guión con algún momento interesante, y ni los escenarios o paisajes donde se teje la trama alcanzan para decir que al menos valió la pena la contemplación.
“Hombres de mentes” o “Los hombres que miraban fijamente a las cabras”, esta es buena… Tiene un elenco variado -y en algunos casos buenos actores de la talla de George Clooney, Ewan McGregor, Kevin Spacey, Jeff Bridges y Robert Patrick-, pero es un viaje pleno al asombro. Con la bandera de dejar volar la imaginación, el director (Grant Heslov) delira con que en el ejército estadounidense hubo (o hay) un equipo de “soldados místicos” que lucha contra el enemigo de siempre (terroristas islámicos) y cuyo plan de entrenamiento incluye dominar la mente de una cabra, usando solo la mirada. Un comienzo, un desarrollo y un final, sin sentido.
Tres muestras de una lista variada que completa la actualización de las películas para el olvido, y del blog. De paso.
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