Desconocía el proyecto. Encontrarlo me alucinó. Quedé impresionada. La posibilidad de trasladar todo lo que suele concebirse en un ámbito a otro totalmente diferente me encantó. La sorpresa (cuando es grata) resulta una emoción sumamente gratificante.
La iniciativa vinculada al arte y a la sostenibilidad se está realizando en el Museo Subacuático de Arte de Cancún, en México. La instalación denominada “La evolución silenciosa” es un conjunto escultórico del artista británico Jason de Caires que se encuentra absolutamente en el fondo del mar. Con este trabajo el artista explora la interconexión entre el arte moderno, el hombre y el medio ambiente.
La web Arte Sostenible, informó que el parque nacional marino en el que se encuentran las esculturas recibe unos 750.000 turistas al año. Esta afluencia pone en tela de juicio el valor del arte y el del recurso acuático, ya que el público “pone en peligro el frágil ecosistema de los arrecifes de la región”.
Las esculturas de la instalación, que fue diseñada para convertirse en un arrecife de coral artificial, ya muestran indicios de crecimiento de corales y de numerosas algas que atraen tanto a peces y crustáceos como a turistas. Los resultados parecen auspiciosos.