“La pregunta de sus ojos” de Eduardo Sacheri fue la fuente de inspiración de la película argentina más importante (que he visto) de los últimos tiempos: “El secreto de sus ojos”.
Sencilla, con un diálogo fluido e íntima, la historia se va dibujando en un escenario que mezcla no solo realidad y ficción, sino que viaja de pasado a futuro sin que notemos el pasaje de un lado a otro.
Actores impecables, drama, tensión, humor y romance hacen que cierre el esquema que posiciona al último trabajo de Juan José Campanella como una de las cinco competidoras a los Oscar a Mejor Película Extranjera.
Ricardo Darín es impecable, Soledad Villamil afianza su dote de actriz de gran talante, Pablo Rago se confunde con la historia -es la historia porque puede vivirla en su piel, porque manejó los tiempos y marcó los pasos de todo el film-, y Guillermo Francella, es irreconocible ... hasta que hace un chiste y sabemos que él, es él.
“El secreto de sus ojos” habla de muchas cosas, pero, como las miradas, tiene una única, sólida e irrepetible esencia. Para reconocerla, hay que saber apreciarla.
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