El domingo 4 de octubre falleció Mercedes Sosa. En la misma jornada, y quizás por capricho del destino, en la que se festejaba el aniversario del nacimiento de la poeta chilena, Violeta Parra. ¡Que misterioso es el universo! Tanto, como mágica y dulce la voz comprometida de esta artista argentina.
La última voluntad de “La negra” fue que la despidieran cantando. Y así fue. Miles de personas se agolparon en el tránsito hacia su descanso final para aplaudir, cantar y arrojar flores al cortejo fúnebre que la trasladó hacia el cementerio de La Chacarita. Allí fue cremada en una ceremonia íntima, y luego, tal como era su deseo, sus restos esparcidos en su Tucumán natal, en Mendoza donde residió buena parte de su vida y en Buenos Aires.
Las voces para recordarla y homenajearla llegaron de muchos lados, músicos, políticos, pensadores, sus seguidores. Todos coincidiendo en destacar su lucha por las libertades, la igualad y la democracia.
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